Comencé a leer este libro porque me encontraba en una de esas fases de me apetece leer algo ligero, y entretenido. He de admitir que me he encontrado con varias gratas sorpresas con este libro:

Para empezar, y pese a ser una novela juvenil, nos encontramos ante un libro que trata el tema del sexo. Últimamente ya nos vamos encontrando más libros de este tipo, libros que pintan a los adolescentes como lo que son: jóvenes hormonados, pero para mí sigue siendo maravilloso cuando me topo con uno de ellos.

Para seguir, aunque los personajes no son nada del otro mundo, sí que creo que Luca es digno de especial mención. Su comportamiento, su actitud hacia los demás, su posicionamiento entre chico bueno y chico malo, y su situación marginal en el instituto hacen de él un personaje muy entretenido. Es un chico que tiene historia con Ashton, y que aunque ahora ella se haya convertido en una fría barbie, no puede evitar recordar a la Ashy que un día fue y que perdió.

Ashton, en cambio, tiene sus momentos. Como toda chica de historia juvenil americana de este tipo, se ve condicionada por las ganas de triunfar, de ser popular, de destacar. Pero también es cierto que es un personaje en el que, gracias a su contacto con Luca, vive una evidente evolución.

A rasgos generales el libro me ha gustado mucho, y si no le doy una puntuación mayor es porque creo sinceramente que el final podría haber sido mejor, más espectacular. No es un mal final, pero tampoco es maravilloso.

Lo cierto es que nos encontramos ante una historia sencilla, cuya trama está prácticamente revelada en la sinopsis, pero que no resulta superficial. Está bien desarrollada y acaba siendo una historia realista con toques muy dramáticos en la vida de dos adolescentes que han sufrido la vida y que están intentando descubrir cómo seguir adelante.