Tengo que admitir que estoy sin palabras. Stephanie Perkins va directa al saco de «autores cuyos libros hay que leer sí o sí. TODOS los que publique». Es difícil, muy difícil, superarse a sí mismo una vez, pero hacerlo dos veces ya me parece increíble. Para la mayoría Lola y el chico de al lado no superó a Un beso en París, para mí lo hizo solo en parte. Me pareció una historia más fresca y diferente a todo lo escrito en juvenil contemporáneo, mucho más innovador que el primer libro, pero también tengo que admitir que la historia de Anna y Étienne es de esas que se te quedan en el corazón.

Pero en esta ocasión lo diré muy alto y sin dudas: este tercer libro se coloca en mi primer puesto de la trilogía. La historia de Isla y Josh es una mezcla de un amor enternecedor y tan adorable que te derrites por dentro, y los sentimientos realistas de dos adolescentes enamorados que están creciendo y cuyas vidas se encuentran en un punto decisivo de su historia.

No me imagino a Josh interesándose por una chica sosa.
No es que Josh vaya a a interesarse nunca por mí.
Pero no me gustaría echar a perder cualquier posibilidad.
Aunque no tengo ninguna posibilidad.
Pero por si acaso la tengo.
Que no la tengo. 

Es sorprendente que me haya gustado tanto, porque empieza muy directo y yo disfruto más de las relaciones con comienzos difíciles. Pero los protagonistas son tan cucos que aunque no te gusten las historias de amor enternecedoras, si le das una oportunidad a esta, estoy segura de que te gustará. Isla es una chica tímida y sí, también algo cobarde, que lleva enamorada de Josh desde hace tres años. Josh, en cambio, es un chico amargado que se ha quedado solo y que solo encuentra cierto consuelo en su arte... hasta que se topa con Isla.

Como co-protagonista principal tenemos a Kurt, el mejor amigo de Isla, un chico inteligente que padece Asperger y al que le encantan los mapas y encontrar el Camino Correcto. También está Hattie, la hermana pequeña de Isla, que si bien aparece aquí y allá y tiene un papel fundamental en cierta parte de la historia, no la tenemos tan patente en el desarrollo como a Kurt.

Personalmente, diría que la razón de que me haya gustado tanto esta historia es porque la he visto muy realista. Sobre todo a Isla. Muchas veces como lectores judgamos a los protagonistas sin intentar ponernos en su piel, lo vemos todo muy sencillo. Yo me he podido sentir identificada con Isla, con su temor a arriesgarse, a luchar por lo que quiere. El amor da miedo, parece una tontería y cuando lo lees en los libros no lo notas, pero creo que Perkins ha sabido mostrar a través de Isla el miedo que da el amor. El miedo a fallar, a equivocarse, a quedar en ridículo, a perder antes de empezar.

Aunque me ha parecido realista, hasta cierto punto es tan idílica como cualquier romance literario: tienen citas maravillosas y muy de película, pero que te hacen reír y disfrutar con ellos.

—Y ahora que te has ido, ahora que estás aquí y yo no, tarde o temprano te darás cuenta de que yo solo era una distracción. Algo para olvidarte de tu desdicha. Algo para ayudarte a seguir adelante hasta que la siguiente fase de tu vida cuidadosamente planeada pudiera empezar. Pero ya no creo que sigas queriendo que forme parte de ella. Y —trago saliva con dificultad— no quiero estar cerca cuando lo descubras.

Pero no todo es idílico en este libro, y este punto no hace sino enfatizar el realismo de la historia: una parte importante del libro también es el desarrollo de la relación de Isla y Kurt desde el momento en el que se añade el factor Josh. No tengo ningún amigo tan especial en mi vida, un amigo con el que lo haya compartido todo desde la guardería y sin el que no pueda vivir, y aunque me parece natural cierto distanciamiento con los amigos a causa de una relación (sobre todo en las primeras etapas de la misma), si tienes un amigo tan importante en tu vida no creo que de verdad llegase a darse dicho distanciamiento. Pero entiendo la intención de la autora, y aunque siempre hay quien se queja de las personas que se distancian de los demás por los novios y las novias, todo el mundo lo hace. Es inevitable querer pasar más tiempo con la persona a la que amas.

Para acabar, porque no quiero revelar mucho más, y aunque de no ser porque en la sinopsis del libro ya lo dicen yo no os lo contaría aquí para no fastidiar las sorpresa, la aparición de las parejas anteriores es un detalle precioso que mejora aún más este libro (de veras creo que no tendrían que ponerlo en la contraportada, pero qué se le va a hacer).